Este frío
no cala los huesos,
ni golpea la cara.
No trae consigo
la escarcha,
ni nada.
Sólo es viento
caprichoso, seco,
sin alma.
Te molestas, te quedas callada, ignorando los destellos de mi rota alma. En un frío silencio cuales noches amargas de desolación que aplasta...
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