No me pidas alegría,
no me pidas esperanza,
soy como una sombra
perdida en la nada.
Una espera infinita,
una voluntad quebrada,
una palabra nunca dicha,
una mirada cansada.
Ese recuerdo que se olvida,
esa hoja que se precipita
a lo profundo del abismo
donde todo termina.
No, no es por ironía,
ni mala voluntad mía,
simplemente hace mucho
he perdido la sonrisa.
No sé ya siquiera donde,
ignoro las circunstancias,
pero me aíslo de todos,
tras una oscura máscara.
jueves, 25 de octubre de 2012
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