INFAME

Me voy,
ya lo sabes,
lo demuestras
sin mirarme.

No sé nunca
que nuevos paisajes
podré contemplar
sin mirarte.

Será mañana
la fecha infame
del último viaje
para dejarte.

Pues todo tiene
de ti una parte,
este mundo tuyo
frío y errante.

Una estación
del año era nuestra,
esa antigua primavera
que el tiempo barre.

MANERA

Estamos bien,
de cierta manera;
ya las cosas cuestan
un poco menos
de la cuenta.

Los recuerdos
son escogidos
por las manos buenas
del dulce olvido
que nos eleva.

El camino sencillo,
sin curvas ni compromisos
más que con uno mismo
y esa experiencia
que nos sustenta.

No hay reservas
en el viaje que resta
por el camino avanzado
de la vida que aparenta
ser acaso eterna.

EXTENSA

Me buscas
en cada jornada,
cada momento
de la semana.

En cada mirada,
cada único suspiro,
cada breve palabra
de las calladas.

En relatos viejos,
de historias olvidadas,
recitadas por poetas
en tierras lejanas.

En este verso,
en este poema,
soy como la estrella
de materia negra.

Como la galaxia
en distancias absurdas,
me percibes en las curvas
de mediciones extensas.

Soy esa letra,
esa cifra predilecta
en la ecuación mística
de la vida eterna.

CERCA

Mundos diversos,
historias inconexas,
quien diría acaso
que estarías cerca.

Aunque no comprendas
muchas de mis ideas,
no sea capaz de saber
tus razones inciertas.

Hay un hilo conductor,
una luz que nos conecta
bajo un  mismo cielo
de alguna manera.

Si es no es un milagro
no se que tal vez lo sea,
debe haber una respuesta
cifrada en las estrellas.

CADENCIA

Si el destino juega
de diversas maneras,
con su rara cadencia
de simular secuelas
en rutinas eternas.

Las manos abiertas
al cielo no alcanzan
para que se comprenda
la oración, el deseo
la necesidad eterna.

Solamente caemos
en la inefable entropía
de quedar sin alternativas
en el caos que se aproxima
hacia esa nada infinita.

Los átomos son esquemas
de cuantas y cadencias
en un mar de ondulaciones,
de relaciones inconexas
de singular belleza.

PRESENCIA

Regresa siempre
de cualquier manera,
en las noches profundas,
en otoños y primaveras.

En sueños extraños
de realidades alternas,
donde sombras enormes
son parte de la escena.

Lunas gigantescas
en cielos de colores
con aromas de flores
de dulce presencia.

En este poema,
en tus ojos mismos
leyendo el abismo
de lo que queda.

POETA

Tengo el alma
llena de poemas,
estrellas de un cielo
en una galaxia
de letras.

La boca callada,
las manos atentas
para captar las ideas
que reza el aura
cada primavera.

La mirada serena
en la nada eterna
de esta vida simple
si sabemos la verdad
y todo es belleza.

PÁJARO

Soy una sombra
que flota allá abajo,
un ensayo trágico
de noticias frías
en cualquier diario.

Un nombre perdido
entre perdidos sábados,
uno más de tantos
de los olvidados.

Ave por un momento
sin alma y el cemento
el destino programado
del único vuelo marcado
por el destino amargo.

ALAS

Te escondes siempre
en mentiras varias,
que la luna es insomne,
las palabras erradas,
la mirada en la distancia
de excusas ingratas.

Tengo repletas
las manos cansadas
de llevar a cuestas
perdidas esperanzas,
cual niño que no puede
ver lo que pasa.

Pero ser poeta
me clava el alma
al piso de los sueños
y así tiene sus alas
pensarte distinta,
que me amas.

NADA

No vienes a casa;
el café sin ganas,
la mirada en la nada,
las horas se alargan
y nada cambia.

El silencio reemplaza
todas esas palabras
que pensaba decirte,
añoraba escucharas
y pensaras.

Caminaras conmigo
por la plaza cercana,
sonriendo felices;
ilusiones a mi edad
cansinas y vanas.

No vienes a casa;
las ventanas abiertas,
las puertas cerradas
ante la noche misma
que enfría el alma.

ETERNA

No estás ahora
donde solía encontrarte,
en las palabras, el día,
la noche amable.

En los poemas
rescatados del aire,
recitados por aves
en vuelo errante.

En mis recuerdos,
en el cielo, el fuego,
el agua y el hielo
que se deshace.

No estás más
y eso duele bastante;
deberás ser eterna
en alguna estrella.

En cualquier luna
manejando las mareas
de algún lejano planeta
donde eres ausencia.

FANTASÍA

No estoy ciego
de ninguna manera,
si escucho las estrellas
cantar muy serenas
en noches eternas
sus canciones
a la tierra.

Si la luna me lleva
de la mano apenas,
con esa sutileza
suya de ser buena
de mil maneras
por mágicas sendas
de flores pequeñas.

Veo las luces
de las almas buenas
brillar como faroles
entre tantas tormentas
para no naufragar nunca
en costas de tristeza.

Te sigo los pasos
al saberte sincera;
me inspiras la dicha
de salir cada día
a buscar la fantasía
de soñar un poema.

TEMPLO

Su dios es inefable,
su dios jamás falla,
siempre dice verdades
mediante ingeniosas
y pulidas metáforas.

Los demás no saben
lo que ellas significan,
los demás en sus merismas
desconocen la ideología
de esa luz divina.

Por eso el templo
es el verdadero centro,
o al menos pregonan ellos,
los elegidos y ungidos
con la verdad dentro.

Los poetas son herejes
condenados al infierno,
a ser perseguidos por necios
defensores de esos cuentos
en libros muy gruesos.

Los que viven en la calle,
los perdidos, y las mujeres
son un peligro latente
para ese mentado reino
de hombres predilectos.

Por eso ahora mismo
no vemos más niños
en las plazas y centros
pues todos son asistidos
en escuelas de silencio.

No sé como pasó esto,
si perdimos, en que momento,
pero en las oscuras noches,
escondido del fuego
escribo y pienso.