EXTRAÑO

Un cielo amplio,
ciudades enormes,
edificios sin medida
de altura infinita
dan sombra perpetua
a las calles vacías.

Elevadas avenidas
donde pocos transitan,
salvo quienes no pueden
llegar un poco más arriba
por su condición miserable
de ascetas de la poesía.

Camino más abajo
en las sombras y el frio,
llevo conmigo apenas algo
que me de sustento y abrigo,
debajo de los pasillos
de predicadores nefastos.

No tengo más aliados
que las palabras sumidas
en extraños conceptos vagos;
la razón muchas veces choca
con la locura exótica
de lo simple y cotidiano.

Un destino acaso buscado
por los años encerrado
en esas cápsulas maestras
para viajar tiempo y espacio;
no es mi dimensión el mundo
donde me encuentro encerrado.

No tengo cuerpo ni alma,
el cielo es una metáfora
de un espacio abandonado;
son todos oscuros fantasmas
de un muy remoto pasado
de extraños seres humanos.