El tiempo es una lanza,
una flecha que llega lejos;
vamos ganando, perdiendo,
en esta vida los reflejos
ante el amor que nace
o se va en silencio.
Nos mata la rutina
con su disfraz de espejos,
de laberintos hacia un día
que nunca llega y brilla
en un cielo tan lejano
que jamás veremos.
Morimos lentamente
sin saber que estamos dentro
del más grande y único milagro
en todo este extraño universo;
la vida es una rara sonrisa
de un dios sin sentimientos.
Porque el corazón es nuestro;
el alma que nos hace eternos
brilla, es un sol inmenso
en los corazones ardientes
de quienes luchan cada día
sin temor a lo incierto.
Por eso quiero que la vida,
estos pocos días que poseo,
no sean barridos por el viento
infame del oscuro olvido,
de la muerte misma
que no merecemos.
lunes, 7 de noviembre de 2022
VIDA
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