Tu alegría me contagia,
siento que mi alma
se inflama con orgullo
al saberte amada.
Por momentos te miro,
veo tu sonrisa y la magia
que nace de tus ojos
tiñe de colores la casa.
Esta casa con ventanas cerradas,
esta casa que supo de la dicha
de un cariño que ahora emana
de las flores olvidadas.
Te sonrío y felicito,
pienso que el amor es infinito;
acallo lo que siento, soy feliz
y comprendo que el destino
tiene aristas que no entiendo.
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