Por ese lado,
ese es el rumbo.
Sabes el camino,
sabes donde me dirijo.
Las palabras
son ese destino
de poemas sin ritmo.
De metáforas extrañas
como decir que la luna
es un moebius infinito.
Es ese faro que guía
en las noches los peregrinos
pecadores, indecisos.
Como decir que tu cuerpo
es esa luna que admiro,
sin respeto, con lujuria.
A veces con amor,
con deseo, con delirio.
Como quien te adora
y teme admitirlo.
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