Si soñar no cuesta nada
y de soñar estoy hecho,
puedo pensarte conmigo
en una vida de maravillas
donde todo se puede.
Mirar el ocaso
con la sensación extraña
de saber que será mañana
un día mejor que llega
con toda su magia.
Beber café de mi taza
con la armonía en el alma
de sentirme bien en etapas;
cada mirada, cada palabra
tiene la cifra exacta.
Perder esta nostalgia
de simples días en cascada,
rutinas de la misma nada
que terminan cada tarde
con algunas lágrimas.
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