No puedo mentir,
esa es mi naturaleza,
pero puedo fingir
una sonrisa honesta.
Un caminar serio
por la vida recta,
en sendas concretas
de total coherencia.
Un señor honesto
con todas las letras
alejado de las locuras
de ser un mero poeta.
Pero miro las estrellas
en el frío de la noche,
mi alma se encoje,
es una moneda.
Pago las cuentas
de sueños en cuotas,
muy viejos y usados
en vidas remotas.
Un poco gastados,
se mezclan con todas
las experiencias ajenas
que casi ni me tocan.
Amores eternos
hundidos entre las notas
de canciones perdidas
en ya cerradas bocas.
Con la imagen adusta
de que nada me importa
firmo papeles amarillos
con declaraciones rotas.
miércoles, 6 de octubre de 2021
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