No tengo frío
en ningún invierno;
la noche es el espejo
de un día eterno.
Vago por los cielos,
bien arriba de todo,
de lo malo, lo bueno,
lo cierto e incierto.
Veo pasar los días,
los años y las sonrisas,
las tristezas, los ocasos
de dichas infinitas.
Porque aquí arriba
vienen en definitiva
quienes han recorrido
el camino de la vida.
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