lunes, 11 de julio de 2016

VIAJERO

Vine de lejos,
de donde nadie viene,
de donde nadie espera
ningún consuelo.

De esas tierras oscuras
donde arrasa el viento
cala las rocas todas
con sufrimiento.

El sol y la luna
son metáforas apenas
de cosas inciertas,
en penumbras.

Por la luz sagrada
que emite tu mirada,
por tu sonrisa clara
colmada de magia.

Por tus manos buenas,
suaves, muy delicadas,
hacedoras de milagros
de rosas blancas.

Vine por eso,
renacido en este cuerpo,
para ser parte acaso
del amor, de tus besos.



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