de eso que me inspira,
esa conexión divina
con otra vida.
Me cuesta la poesía
que antes siempre fluía
entre las venas mismas
de mi alma enaltecida.
Ahora soy oscuro,
cual roca muy dormida,
sin nada que se destaque,
sin ninguna melodía.
Pero de vez en cuando
cual milagro que dignifica,
brillo por unos instantes,
soy una estrella prístina.
Un destello muy claro
en el lienzo de mentiras,
de apariencias absurdas
que es esta vida.
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