Entiendo la poesía
del acto de rebeldía,
que a muchos asusta,
y es amar en la vida.
Enfrentarse muy fuerte
contra todos los paradigmas
que nos ahogan el pensamiento,
matan la creatividad misma.
Si hay guerras, hambre, injusticia,
no merecemos llamarnos humanos
y creernos la cumbre evolutiva
si somos armas de destrucción masiva.
Seamos capaces de tomar la iniciativa,
de dudar de todo, poner en esa tela
de juicio que a todos nos beneficia,
nos hace ver posibles alternativas.
Después veremos si era la consigna
correcta que debimos haber seguido
o tal vez era acaso otro el camino
pero al menos no habrá más víctimas.
Más que el estúpido orgullo mismo,
ese que tenemos desde muy niños
inculcado por los peores necios
que la historia haya concebido.
Por eso mucho aprecio
a quienes se han atrevido
a romper esas consignas
que nos tienen confundidos.
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