luchando a diario,
en la rutina aciaga
de lo cotidiano.
Sin volverme loco
a pesar de lo pasado,
del destino obstinado
en hacer todo raro.
Auqellos planes
que nunca tuve
se muestran lejanos,
entre unas nubes.
La lluvia los destruye
el caer desde muy alto
para hacerse pedazos
en leves explosiones.
Por eso no temo
a ninguna tormenta,
son apenas secuelas
de vidas paralelas.
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