Pido que vuelvas,
ahí, de donde sea,
de ese lugar sombrío
donde yacen mudas
todas las estrellas.
Pues de este lado
del mundo apenas
consigo un suspiro,
una brisa del aroma
de tu dulce tierra.
Una luciérnaga
de esas pequeñas
es mi tenue guía
en la noche cerrada
de tu ausencia.
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