Ya no busco verte,
tampoco quiero oírte,
reconozco de una vez
que te fuiste.
Pero es muy triste
el ocaso desde ahora,
las mañanas todas,
las horas rotas.
La vida misma
se ha vuelto fría,
un eterno invierno
nubla mis días.
Por eso transito
el camino a la cima,
busco en las estrellas
un poco de tu sonrisa.
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