SORTILEGIOS

Somos los lectores de historias
encerradas en páginas amarillas
redactadas por unos locos poetas
que se atreven a ese abismo,
científicos de lo incierto.

Adornamos todas esas palabras
con armonías y ese sentimiento
de que el antes queda tan lejos
que jamás ahí regresaremos
salvo dioses y héroes de hierro.

De que el futuro es un misterio
que puede ser muy malo o bueno
según el variable estado de ánimo
de todos aquellos que simulan
no ser personajes muy necios.

Nos paramos en altas tarimas
para que todos nos vean arriba
y sientan que somos, en definitiva,
la suma misma del intelecto,
que todo lo sabemos.

Mentimos con tanta armonía,
con tanta gracia y gallardía
que hasta nos creemos al oírnos
cantar esos antiguos versos
de autores de polvo y viento.

Pues somos la oscura sombra
de esa tan extraña sabiduría
que tal vez nunca sepamos
si es real o un invento raro,
negamos el conocimiento.

Seres cuales espectros
atrapados en una espiral de tiempo,
una eternidad hecha de sortilegios,
de creencias y simples palabras
base de lo que sabemos.

EXTRAÑA

Caminas callada
por la avenida oscura
bajo la lluvia clara;
el silencio es tu mortaja,

Tus manos cerradas
ya no buscan más nada;
tu mirada perdida
en alguna luna extraña.

Vuelas un momento
en el cielo de la nada,
abajo tu reflejo se quiebra
en gotas de agua mansa.

Una estrella se eleva
del mar hacía lo más alto
como perdonando todo,
olvidando la nostalgia.

VUELO

Hoy tengo alas,
puedo elevar el alma
al cielo muy alto,
hacía la nada.

Ser un ave pequeña
que recorre las estrellas,
hasta la misma luna llena,
conocer su dulce magia.

Ser esa luz cálida
que baja de las montañas,
una brisa de azahares frescos,
aroma de recuerdos nuevos.

Puedo ser el espejo
donde a mí mismo me veo
levantando ágil el vuelo
hacia lejanos universos.

CREO

No creía,
no puede ser cierto,
pero tal vez exista
eso de mis sueños.

Cuando era joven
mi fe intacta en ello
me colmaba de poemas,
el alma de versos.

Creía ciegamente
en el amor verdadero,
luego con el tiempo
se fue diluyendo.

Me quedé encerrado
en mis pensamientos;
la realidad me mostraba
que todo era un cuento.

Un invento de poetas
para vender libros inciertos;
canciones para aquellos
ilusos del momento.

Pero vi unos ojos
con una mirada cual cielo
donde de pronto volaban
aves de mis pensamientos.

Un sonrisa, una dulce voz
que despertó el mismo sol
que pensé ya muerto y falso
como todo el resto.

Y aunque el otoño llega
siento que hay primaveras
todavía no descubiertas
por mi alma y mi cuerpo.

ALAS

Si eres un ángel
abre tus hermosas alas,
vuela lejos, al cielo
que tu nombre guarda.

Deja este paisaje árido
donde no hay más nada
que amargo dolor de seres
caídos y sin alma.

No mires al pasado
de todo lo que atrás dejas;
te juro que valdrá la pena
al viaje hasta tu estrella.

No habrá ningún llanto,
ni flores, ni mortaja alguna,
simplemente una mirada
al cielo, a la luna.

CAMBIO

Se fue el sol temprano;
la noche tiene prisa
en ir llegando.

Las estrellas sorprendidas
parecen destellos apenas
en las cornisas.

Mis pasos apurados
en llegar al fin a casa
después del trabajo.

Esa rutina misma
que parece una mentira
que me está pasando.

La luna es peregrina
en el cielo muy lejano
de mis sueños cotidianos.

No sé que día se avecina,
todo está cambiando
entre mis manos.

MAR

El mar estaba dentro mio
y no lo sabía.

Cada ola recala en la orilla
del alma misma.

La marea me lleva lejos,
me deja a la deriva.

Las tormentas arrecian
en mis viejos pensamientos.

En todos los recuerdos,
fragmentos de mi vida.

El mar estaba dentro mío,
no hubo represa que lo contenga.

Derramé un día
millones de estrellas.

Palabras en oleadas
que inundaron mis ideas.

LLEGAS

Buscas tu estrella
en el cielo lejano,
estiras la mano
para alcanzarlo.

Esperas el momento
con las ansias nuevas
de quien mucho añora,
de quien mucho anhela.

Pides en silencio
el deseo que contemplas
en las visiones aquellas
donde lo bueno llega.

Por eso te vas despacio
en un suspiro apenas,
estarás donde quieres,
donde te esperan.

POEMA

Si mañana regresas
de donde sea que fuera
encontrarás la puerta abierta,
las viejas ventanas somnolientas
en la penumbra de tu ausencia.

Un libro ahí, sobre la mesa,
en el dejé marcado un poema
para que en silencio lo leas,
sepas que lo eterno es una idea
que las almas refleja.

Alguna primavera, un verano,
o uno de esos otoños cualquiera
donde las hojas secas reemplazan
la terrible soledad que dejan
las flores ya muertas.

Y puedas desplegar tus alas
para elevarte al cielo más alto,
ese espacio siempre tan lejano
pues pocos acaso han llegado
al no perder su esencia.

Podrás contarle a las almas
que siempre te busqué solitario,
hasta al fin haberte encontrado
en los espacios más cerrados
de mi laberinto de tristeza.

MANTRA

No piensas en nada
de todo lo que he sido
o al menos mi apariencia;
como si de repente supieras
de la vida buena, verdadera.

Y me haya quedado hundido
en todas esas cosas pasadas
que antes mucho respetabas,
ahora ya no son nada.

Seré entonces el mantra
que jamás sueñas ni amas.
la seca rama sin flores
de una primavera truncada.

Serás acaso la mañana
del sol en mi alborada
de un nuevo estado del alma
donde ya no sienta nada.

Simplemente mis alas
me lleven a frías distancias
para alejarme por siempre
de la luz de tu mirada.

NEGADO

No busco nada,
tampoco lo espero,
dejo que el viento
me lleve bien lejos.

Caer desde el cielo
cual gota fresca
que renueva la tierra
con su suave esmero.

Ser el susurro apenas
de un recuerdo amado,
de un momento, suspiro
de tiempos pasados.

Y si soy olvido acaso
deberé morir temprano
antes del alba nueva
de un día negado.

MUECA

No soy nadie
en ninguna parte,
una puerta que se abre
hacía un raro paisaje.

Espacio inestable
de inverosímiles ideas
de las cuales muchas de ellas
llegan a ser un poema.

Una vida que se cierra
en un leve mundo interno
que no respeta lo mundano
de las sociales reglas.

Por eso siempre tropiezan
mis pobres palabras hiladas
en rudimentos gramaticales
que a nadie le llegan.

Pues a veces se nace
sin ninguna maldita estrella,
se es sombra en todas partes,
una brisa, una mueca.

LOBOS

La noche es el día
de quienes soñamos despiertos,
las horas acaso efímeras
antes del sol nuevo.

Palabras muy escondidas
en las sombras del entendimiento
descubrimos y liberamos
en nuestros textos.

Rompemos el gran silencio
sepulcral de lo incierto,
cometemos el sacrilegio
de ser poetas en estos tiempos.

El día nos sorprende durmiendo,
cansados, locos y hambrientos;
cuales lobos atacamos el mundo
iluminado de los necios.

No somos nadie y eso
es lo que nos hace eternos,
lo dicho queda siempre impreso
en el alma y el pensamiento.