Siempre es tarde
para lo que sea;
la edad es una piedra
que golpea mi cabeza
con su brutal fuerza.
Me doy cuenta
que nada queda apenas
que unas palabras viejas
en recuerdos sin sentido
que se caen y se secan.
Entre las cenizas esas
no hay fenix que vuelva,
ningún ave en su vuelo
recorrerá ese cielo
de esperanzas nuevas.
Me quedan los poemas
arrugados en mis manos;
los sostengo con fuerza
pues son la única prueba
de mi existencia.
lunes, 30 de noviembre de 2020
PRUEBA
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