jueves, 19 de febrero de 2009

AMOR LATENTE

No pienses que esto termina
como se termina el sol de cada día;
como se terminan las estaciones
que de los almanaques caen vencidas.

Las flores cuando se marchitan
en los jarrones indiferentes;
las horas en los relojes
mareadas hasta que desaparecen.

No creas que el amor se desvanece
como la niebla al mediodía.
La vida nos regala siempre,
entre lágrimas, una sonrisa.

Esto recién comienza, el amor
siempre nace y no envejece,
se renueva constantemente,
se hace cada día más fuerte.

Como fuerte se hace la roca
ante el viento que la arremete.

No creas que todos se equivocan
cuando, en poemas recitan,
que el amor es la fuente
infinita de todos los bienes.

De toda la dicha, de la vida misma;
te juro que es verdad aunque no parezca
en este mundo que tantas veces nos hiere
con sus muestras de odio indiferente.

Nuestro amor no desaparece
aunque no creas que lo sientes,
me dicen tus ojos que aún duerme
en lo profundo de tu alma.

Serán mis manos la causa
para que un día se despierte
y llegue hasta los latidos mismos
del corazón que se estremece.

Pero si un día fracasa el intento
de que alguna vez renazca ese amor
que me decías sentir tan fuerte,
deberé decirte adiós e irme muy lejos

para que no te lleve el abismo
de un amor que nadie quiere.

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