Del árbol cae la última hoja
que permanecía en sus ramas,
la lleva el viento muy arriba
como si el cielo buscara.
Como una mariposa incierta,
como si en la nada misma flotara,
buscando ese lejano horizonte
donde él siempre se marcha.
Sueña la hoja que es libre,
que su vida recién comienza,
pero no sabrá nunca que muerta
es un átomo más que se eleva.
Es una pieza más que se une
a todas las demás piezas viejas
que forman esa maquinaria enorme
del destino con sus pruebas.
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