Por una cuestión del destino
que necio se ufana en su valía
pierdo tiempo en la vida
sin tu amor, sin tu sonrisa.
Como si bastara apenas
la mención de esa frase maldita
para que de repente en silencio
el universo se vuelva mentira.
Una farsa que siempre me hastía
porque estoy cada vez más viejo
y duele en el alma y en los huesos
no encontrar ese amor incierto.
Porque pareciera que no hay almas
que unan sus luces como estrellas
en los lejanos y diáfanos cielos
de dichosos días venideros.
Ni gaviotas con mensajes
de remotos y felices lugares
que alienten tus sentimientos
a algo más que olvidarme.
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