Un instante perdura
lo que permite la memoria,
quizás tenga la esencia
de las ilusiones rotas.
Los sueños que se mezclan
con la realidad aquella,
tan lejana como las estrellas
con su dulce luz remota.
Son como semillas viajeras
en el vacío infinito que se expande
gracias a la desconocida materia
que muchos llaman negra.
Los planetas dan vueltas
en sus órbitas magnéticas,
días y noches llevan una cuenta
que nadie conoce siquiera.
Pero aunque algún día
se apaguen todas las estrellas,
tu nombre se despertará como un eco
en el más hondo de los silencios.
Alguna voz en el universo,
algún dios convocará los átomos,
que en singular evento
crearán un nuevo tiempo.
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