Estás ahí,
de ese lado del espejo,
en esa esquina del tiempo,
ese lugar del universo.
En ese momento certero
donde todo parece eterno;
se desdibuja la linea extraña
entre realidad y sueños.
Caminas en la cornisa
de lo verídico y lo incierto,
como si fueras un fantasma
hecho de tantos recuerdos.
Me miras, me acompañas,
colmas mi alma de dicha,
eres el agua fresca que bebo
en el desierto de mi vida.
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