¡Vamos! Decí eso
eso que te tiene loco,
loco como todos esos
esos que se durmieron,
durmieron a la vida;
vida, dormir ¡sueño!
Sueño, fantasías,
retazos,
retazos de sueños,
sueños perdidos.
¡Perdidos están ellos!
¡Ellos todos cobardes!
Cobardes que no
vislumbraron,
no vislumbraron su miedo,
miedo a gritos en los
acantilados,
acantilados bordes del
silencio.
¡Silencio! Eso somos,
somos sólo eso, miedo,
miedo a decirlo todo,
todo eso que da miedo,
miedo por el lenguaje
lenguaje de palabras
quebradas como vidrios.
Vidrios que cortan,
cortan las venas mismas,
mismas venas sangrantes
de palabras alusivas,
alusivas al silencio.
¡Silencio! ¡Maldito
silencio!
¡Silencio maldito! ¡Te
odio!
Odio como odias al viento
viento que lleva los
vidrios
vidrios rotos de espejos,
espejos opacos, sucios,
sucios como los
sentimientos.
Sentimientos que dibujan
las aves en sus canciones,
canciones acartonadas por
esos,
esos comerciantes del
verso,
versos de cristales sucios,
sucios de toda la sangre,
sangre de quienes fríos,
fríos no dijeron eso.
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