lunes, 9 de febrero de 2015

BELLEZA

De la semilla
crece el árbol fuerte,
al tiempo sus ramas
se llenan de hojas
que dan sombra.

Las aves encuentran
su casa entre hojas;
es un microcosmos
de vida que se destaca
por su paz sin horas.

Hay muchos árboles
allí donde creció uno,
son todos universos
unidos por las abejas
que polinizan en turnos.

De día, siempre de día
la vida es una caricia
de leve y fresca brisa
aromada de flores
blancas y amarillas.

De noche el silencio
llama lejana a la luna,
rodeada de estrellas
roza sutil las praderas
soñadas de primavera.

Espacios sin árboles
donde se aprecia arriba
el cielo que se abre
como una ventana
a lo eterno, perdurable.

Donde no haya nadie
será siempre el paisaje
la perfecta muestra
de la dulce naturaleza
creadora de belleza.



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