No se está solo nunca
cuando el alma es pura,
cuando se eleva alto
a la aventura.
A cumplir los deseos
que parecen de locos
en estos fríos tiempos
donde todo se da hecho.
Construyamos siempre,
aunque el mar borre luego,
altos castillos de arena
con granitos de sueños.
Al menos si fracasamos
ante todas las opiniones
nadie podrá quitarnos
este don de dones.
Esta sensación extraña
de que quizás podemos
volar demasiado alto,
por encima de ellos.
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