como el tiempo es un sueño,
como somos pequeñas luces
cuales luciérnagas flotando
sobre un inmenso océano.
El espacio donde nos movemos
es tan breve acaso que parece
apenas un detalle muy leve,
un átomo más de tantos
átomos que perecen.
Efímeros seres los humanos
somos aunque no lo sepamos,
tan breves como un suspiro,
o el brillo de un relámpago
en la noche previa al ocaso.
Eso es todo un milagro
en la inmensidad de la nada;
entre cifras enormes flotamos
como una partícula simple
llevada por la brisa mansa.
Nuestro destino incierto
nos hace seres imperfectos,
capaces de un odio tremendo
o del amor más noble
de todo el universo.
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