Soy la sombra
de la noche misma,
al abrigo de la luna
recito mis poesías.
Me guían estrellas
del cielo perdidas,
cometas errantes
señalan mi partida.
El viento eleva
mi voz en melodías
que se susurran
entre ramas vacías.
Camino siempre
en penumbras, sin prisa,
tengo el tiempo eterno
de los que no olvidan.
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