secuencias de días,
marcas en calendarios
olvidados y viejos.
Papeles amarillos
castigados por el tiempo
que ha borrado sonrisas,
roto amores eternos.
La vida es eso,
aunque no se quiera,
corre la gran rueda
del tiempo.
Una carrera eterna
donde sólo podemos
recabar lo que se pueda,
vivir cada momento.
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