Estuve ahí
y nadie vino a verme,
tenía toda la juventud,
mis sueños perennes.
Las luminosas ilusiones
estrellas en mi destino,
pero nadie nunca pudo
compartir nada conmigo.
Poco a poco quedé vacío,
acaso similar a un río
en un desierto árido
donde todo está perdido.
A la deriva del tiempo
que pasa y deja necios
pensamientos oscuros
como este sentimiento.
De antaño queda apenas
la esperanza ya muy seca
cual semilla que espera
una gota de agua fresca.
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