de repente sobre mi cabeza;
esta lluvia no es cualquiera,
es un derrumbe de ideas.
De mundos que se precipitan
cuales gotas muy pequeñas
hasta la tierra dormida,
a mis manos abiertas.
Veo todo más claro
como si fuera un iluminado
en una revelación pasajera
de esas que duran años.
Pero no predico nada,
en verdad todo me guardo,
siento ser tan egoísta
pero es tu regalo.
De allá, de donde sea,
quien sabe que milagro
te trajo en este tormenta
de soledad y desgano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario