No puedo
acallar todo esto,
es un océano
que llevo dentro.
Golpea contra las costas
de mis pensamientos,
cada ola es una memoria
de todo aquello.
Huracanes imprevistos
me dejan perplejo
ante todas las horas
de los días estos.
Naufrago mil veces,
casi caigo muerto,
sin faros que me guíen
a buenos puertos.
Sigo a pesar de todo
navegando incierto
bajo los caprichos
de la marea, el viento.
Levanto las velas
de la esperanza como puedo,
descanso mirando al cielo
donde siempre te encuentro.
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