Rutina
es el infierno
en leve medida.
Cada noche
del amanecer
la pesadilla.
Cada hora
sin destino
es repetida.
Pero estás ahí
con tu sonrisa
y nada importa.
Más que la dicha
de saberte cerca
de mis caricias.
De mis palabras,
de las posibilidades
de verte algún día.
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