Esas ganas de seguirte
donde quiera que sea,
las siento en el alma,
en la piel que me rodea.
En el cielo entre nubes,
cuando caes como lluvia,
y eres en duros espejos
sombra que observa.
En cada primavera,
te veo en todas las flores,
te siento en la brisa sureña
con aromas de ausencia.
Te persigo en el cielo;
debes ser alguna estrella
que dice suave mi nombre,
susurras viejos poemas.
miércoles, 9 de diciembre de 2020
IDEA
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