Abrígate, el día está muy frio,
como lo está el venidero destino
que los recuerdos congela.
Lleva, si quieres, aquellas
emociones que fueron nuestras
y hoy yacen entre cosas viejas.
Las palabras que te dije,
las que callo y las que guardas,
llévate todo lo que quieras.
Todo es tuyo hasta el desierto
que me deja en las manos,
la ausencia de tus besos.
Pero ten cuidado con el tiempo,
no quiero que claudiques luego
en una estación cualquiera.
En los andenes del destino,
entre otoños y primaveras,
abandones la esperanza nuestra.
La misma esperanza que me deja
soñar con tu regreso una noche
mágica de luna llena.
martes, 5 de agosto de 2008
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2 comentarios:
hola martin!!! ando medio desaparecida jaja bueno, cosas de la vida... te dejo besos y abrazos...
Y bueno... en algo interesante has de andar jeje
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