Cuando no estás conmigo
se burla de mí el destino
de horas que nunca pasan,
de constantes hastíos.
La misma brisa de tu aliento
es un viento frío que cala hondo
dejándome el alma helada,
dormidos mis pensamientos.
Y sólo me resta esperarte
en las horas inciertas del vacío
de los días de invierno.
En las fotografías que miro
como quien observa lo nuevo,
otro mundo, otros rostros,
otros cuerpos unidos.
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