El día del fin del mundo
quizás alguna lección aprenda,
sonría con más alegría
no como si fuera una mueca.
Comience a valorar los días
de esta vida pasajera,
a caminar más despacio
disfrutando mi existencia.
Olvide esos rencores
nacidos del tonto orgullo,
me reconcilie con los demás
y quizás me perdone.
Escriba versos hermosos,
esos que no escribo por cobarde
por el estúpido miedo a perderte
cuando nunca supe amarte.
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