Sin poemas,
sin palabra alguna
que revele apenas
un poco de mi alma
en algunas letras.
Como una rama seca
carente de frutos u hojas,
que cae sola al hastío
de las cosas muertas.
Como un libro viejo
a quien nadie le importa
la historia que cuenta,
quedo en un rincón perdido
sin lunas, ni estrellas.
Parece que el destino
conmigo es una mueca
de una vida que no tengo,
de una vida que no llega.
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