El viento mueve
las aspas del viejo molino,
me quedo esperando el hilo
de agua que siempre llega.
Son unas gotas frescas
que nunca mi vaso llenan
pero las bebo con presteza
en mi sed de quimeras.
En esa búsqueda incierta
de historias quizás verdaderas,
o fantasías que me inventan
las siempre pícaras letras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario