Estás aquí por siempre,
esperando en la oscuridad;
mis esperanzas se aferran
al tiempo que se va.
Mi mente se abre al sueño
que me da la posibilidad
de encontrarme sin el miedo
a perderte una vez más.
Todo lo aquí presente
no es más que casualidad,
un instante, el presente,
que no regresará jamás.
Por eso me aferro fuerte
en esta inmensa soledad
a esos recuerdos viejos
de lo que ya no está.
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