Que día de lluvia,
que lluvia este día,
como lavando culpas
la ciudad dormida.
Las aves mudas
son estuatitas silentes
como inhertes figuras
que nada sienten.
Las calles son ríos
donde navegan solas
a su misera suerte
perdidas hojas.
La brisa furtiva
acaricia sin ganas
mi cara como dormida
de luna sin sonrisa.
Todo brilla ahora
como si fuera nueva
toda la misma materia
que lo sustenta.
Las nubes oscuras
son en si la ventura
del día que se cierra
como sus ojos apenas.
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