No, no vuelas,
no eres ángel,
tampoco estrella.
Ni la musa esa
que ilumina plena
todos los poemas.
Tampoco destella
tu mirada de noche
cual luna llena.
Pero tienes algo
mágico; apenas
me doy cuenta.
Noto que tampoco
soy la medida
de lo que deseas.
No somos la métrica
de ningún poema,
el amor nos cuesta.
Pero el amor es esto
que tanto nos pesa,
que nos molesta.
Seres imperfectos
de sentimientos hechos
con retazos del tiempo.
Seres lejanos
que se dan la mano
en la oscura noche.
Es ese el milagro,
es esa la metáfora
de lo que soñamos.
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