Si puedes,
donde sea,
donde la luna
bese la tierra.
El sol nazca
como esa flor
una primavera
de rosas etéreas.
La lluvia
bese las ventanas
que así cerradas
se abran y vean.
Dejen a la brisa
jugar ella sola
con las amarillas
hojas olvidadas.
Viejas cartas
sin lector alguno,
viejas esperanzas
casi sin nada.
Antiguas letanías
de un amor sagrado,
un amor que moría
tomado de tu mano.
Se iba contigo
casi con el ocaso,
casi con mi vida
hecha pedazos.
viernes, 15 de enero de 2016
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