que así era la vida,
sucesión de colores,
de formas, sonrisas.
Cada año que llegaba
consigo más luz traía,
como un mensajero
de fotones fantasía.
Pero un día, de pronto,
todo oscuro se volvía,
no había más paisajes
ni bellezas escondidas.
Tuve que acostumbrarme
a eso que nadie quería,
se descubre un universo
único de eterna dicha.
Ya no necesito acaso
de la luna como guía,
ni del sol siempre lejano,
soy feliz en mis cenizas.
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