en cada luna,
cada estrella,
cada día
regresas.
Me sonríes,
parece un sol
toda la dicha
que ilumina
la casa desierta
de toda alegría.
Me levanto
del suelo frío,
casi sonrío
al rozarte,
al verte,
respirarte.
Retazos, partes,
del pasado atrapo
como mariposas
oscuras, grandes,
volando bajo,
inefables.
Luego caigo
en ese olvido
de la vida misma,
del mundo, hastío,
rutina profunda
sin destino.
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