ahí donde no estás más,
en esa casa ahora vacía,
en esa vida que se va.
En la luna siempre altiva
hecha más que de soledad,
callada, distante y fría,
lejana y sin piedad.
En la tarde profunda
preludio de todas las noches,
donde las estrellas tiemblan
en su manos sin reproches.
El lugar ajado por los años
donde creía que podías estar
es una vieja ruina perdida
entre ramas de un nogal.
Me voy donde no he ido,
allá te debo ir a encontrar,
sé que me esperas dormida,
contigo quiero despertar.
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