Por ahí el átomo
sea de todo la esencia,
o sus partes pequeñas
en su cuántica siniestra.
Saltando sus órbitas
los neutrones llegan
a ser lineas oscuras
en arco iris espectrales.
Son saltos al vacío,
parte de la materia negra
de ese misterio grande
desconocido por la ciencia.
Pero podemos los poetas
dar cuenta del misterio
con nuestras palabras
nacidas del alma serena.
De la misma inteligencia
sin la molesta maquinaria
de una matemática densa
que mata toda la belleza.
En la luz están todos
los espectros de frecuencia,
aunque vemos unos pocos
todo eso siempre nos rodea.
Ciegos de muchas maneras
caminamos viendo un cielo
como un todo oscuro
con algunas estrellas.
El pasado se revela
en cada noche perpetua,
en cada luminaria lejana
curvada su apariencia.
Una parte que asusta
es lo que desconocemos,
somos parte de un universo
único pero no eterno.
Un instante minúsculo
en este pequeño mundo,
rodeados de un todo
siempre muy oscuro.
Como una chispa
pasamos desapercibidos,
todo lo que hemos hecho
es menos que un suspiro.
Por eso somos milagro,
de los mismos materiales
que conforman apenas
ese porcentaje mínimo.
Esa manifestación
de la materia llevada
por ondas gravitacionales
de un todo de materia negra.
Una luz momentánea
somos todos los humanos,
de todos los tiempos,
de todos los espacios.
Un misterio nosotros
que acaso nunca sepamos,
pequeños soles sin brillo
de átomos elevados.
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