Con el tiempo
cambian algunas cosas,
los paisajes, las hojas;
árboles, las personas.
La montaña más alta
de a poco se desgasta;
el río más profundo
se evapora en la nada.
Somos el tiempo ido;
el pasado que nos marca,
aceptarlo es aceptarnos
a nosotros mismos.
Para cosas buenas o malas
es nuestra historia cercana
la que determina el resto
de los días del mañana.
Si somos sabios o necios
eso depende de cuan lejos
lleguemos cada jornada
un poco a conocernos.
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