Si miras lejos,
donde el horizonte
se une con el cielo
verás un destello
de lunas y soles.
De remotos tiempos
donde todo era bueno,
o al menos eso queda
de lo que ha sido
alguna vez aquello.
Una tierra noble
con campos enteros
sembrados de flores
aromatizando el aire
fresco del silencio.
La paz era cotidiana
y no una cosa buscada
en esta carrera oscura
que llamamos nostalgia
de vidas pasadas.
La luz iluminaba
a todos con su gracia,
había poesía en el agua
de cada lluvia bendita,
en cada mirada.
Por eso vemos lejos,
allá mismo donde corren
los cometas superfluos
como vagabundos feroces
de historias y flores.
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