sigo caminando,
sin rumbo, despacio,
con la esperanza
de encontrar algo.
En un lugar calmo
descansar un rato,
leer si es que puedo
para renovar ideas
con mis garabatos.
Volver a mi casa
un día cualquiera,
abrir la puerta,
dejarme llevar
por las letras.
Así, quien sabe,
de una vez pueda
redactar algo noble,
digno de ser libro
o una hoja apenas.
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